viernes, 29 de abril de 2016

Vivir con Fibromialgia

Cada vez hay más personas afectadas por FIBROMIALGIA y pese a que algunas tienen una mejor calidad de vida gracias a la medicación y en la actualidad, a su abordaje interdisciplinario, es necesario seguir avanzando en la investigación y en su difusión para lograr diagnósticos certeros, evitando la deambulación de pacientes por distintos especialistas en busca de una rápida solución. Esta enfermedad no sólo involucra al que la padece sino también a sus familiares ya que son muchos los cambios anímicos que provoca.
 Su principal característica es el dolor generalizado que se describe como “un dolor de pies a cabeza” en las articulaciones y los músculos de todo el cuerpo. Se pueden agregar uno o varios síntomas como cefaleas, cansancio, trastornos digestivos, visuales, dificultad para conciliar el sueño, depresión, ansiedad, sensibilidad al frío y al calor, rigidez, trastornos cognoscitivos, problemas genitourinarios, entumecimiento u hormigueo en manos y pies, costocondralgia (dolor muscular en donde las costillas se unen al esternón), desequilibrio, síntomas alérgicos, problemas en la piel, entre otros.
Requiere de tratamiento con medicación pero también necesita de una buena alimentación, ejercicio suave, mucho descanso y apoyo familiar. Por ello, las personas que sufren esta enfermedad deben poner todo su empeño en cuidarse, en no sobre-exigirse y quienes viven con ellas deberán entender sus necesidades a partir del malestar generalizado que provoca. Si bien no es incapacitante ni afecta la longevidad puede interferir en las tareas diarias y ordinarias.
Es una enfermedad que no se ve, invisible a los análisis clínicos, a las radiografías, ecografías, tomografías, resonancias, etc pero que sí la sienten las personas que la sufren. Esta mayor sensibilidad al dolor provoca que algunas de ellas incluso, lleguen a tener problemas hasta con el contacto con la ropa. Muchas mujeres y  hombres (éstos en menor proporción, ya que la enfermedad la padecen en mayor porcentaje las mujeres, aunque también niños y ancianos) no pueden dormir con mantas ni con sábanas pues la sensación de que éstas les pesan y el dolor que les provocan en las piernas, brazos o espaldas es suficientemente fuerte como para evitar su uso.
El hecho de sentir dolor es algo que angustia. En muchas ocasiones, quienes padecen esta enfermedad, pueden volverse más irritables y además perder fácilmente la paciencia frente a distintas situaciones. Las personas a las que quieren no las pueden ni tocar, porque el contacto con ellas les duele, el abrazo duele, la caricia duele, no se trata de falta de amor, de falta de afecto sino de presencia de dolor. Cansancio y agotamiento constante, ya que se asocia muchas veces a la fatiga crónica, provocan cambios en el carácter y una mayor vulnerabilidad en todos los aspecto, provocando tristeza, angustia y aislamiento.
Por ello, cada vez hay más grupos de apoyo a los familiares de las personas afectadas con fibromialgia, pues es bien cierto que sufrir dolor a diario y de manera constante, hace que las personas cambien y el humor se modifique. La medicación y la ayuda psicológica facilitan que algunas de ellas puedan recuperar la estabilidad y llevar una vida más o menos normal.
Sin embargo, en muchos casos, el cambio en el carácter de la persona afectada persiste en el tiempo conjuntamente con la enfermedad. Su entorno puede ayudar y colaborar desde la contención y la comprensión, aliviando así su padecer.  
Es importante que la familia entienda que los cambios de humor son constantes. Deben tener en cuenta que no es que la persona quiera ser así, si no que no puede actuar de otra forma. Por ello, hablarle con calma, entenderla y comprenderla son pasos a seguir para cualquier persona que quiera hacer sentir mejor a otra con fibromialgia.
No deben provocar enojo ni indiferencia sus formas y sus reacciones, si no que es necesario tener en cuenta que esta persona padece una enfermedad, aunque no se vea y que es necesario recurrir a los profesionales especializados en dicha patología para que brinden asesoramiento acerca de cómo se debe tratar a quien la padece con el fin que la familia pueda brindar todo el amor, cariño, contención, comprensión y armonía que ella necesita para  poder sobrellevar la enfermedad de la mejor manera posible.
LA INDIFERENCIA Y LA INCOMPRENSIÓN DUELEN MÁS QUE LA ENFERMEDAD.




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