viernes, 1 de abril de 2016

Transitando la Menopausia

Hay dos hitos naturales e inexorables en la vida que pueden ubicarse como momentos bisagras, que implican al cuerpo y al psiquismo con cambios profundos.

Ellos son la pubertad y la menopausia. En ambos hay duelos para hacer. En la pubertad se pierde el cuerpo infantil, se pone en marcha el reloj biológico y el cuerpo comienza a tomar formas nuevas y se colma de promesas. Se ingresa en la categoría de “ser joven”.
Pero el tema que nos ocupa en este Grupo es el de “los 50”. El tránsito de la quinta década viene anudado con el fantasma de la menopausia, si es que no sucedió prematuramente. Comienzan los cambios en el cuerpo que son vividos muchas veces como estragos que generan mucha angustia, en especial cuando se ha hecho de este –el cuerpo- el centro de la belleza como principal herramienta de seducción. Comienza el declive lento de la libido y el deseo sexual.
El contexto en el que esté atravesando cada mujer en ese período es la base para pensar en como se vive esta etapa. Quienes estén en pareja también van a acompañar la declinación hormonal masculina. Y si están en búsqueda, puede ser que se encuentren con mayores dificultades. 
Todos sabemos el rol que la mujer ocupó durante siglos, por su condición natural de poder dar vida quedó relegada a esa función, por ende cuando llegaba el climaterio, qué lugar le quedaba?
Pero transitar la menopausia no es sinónimo del comienzo de la vejez en la actualidad. El hecho de que aquel reloj biológico se detenga para siempre implica la pérdida de la capacidad de reproducir, que también genera grandes duelos. Pero la posibilidad de producir no se agota nunca, tal vez se incremente a partir de esta nueva etapa. La pulsión se sublima, derivando hacia nuevos fines, no sexuales. Es cuando pueden resurgir proyectos que no pudieron realizarse por la crianza de los hijos, si se los tuvo, o por diversas razones, o cuando los logros profesionales se asientan más fuertemente. En muchos casos estos recursos pueden evitar cuadros depresivos.
Es necesario aclarar que la actividad sexual no se extingue después de la menopausia, sino que ocupa un espacio diferente en la vida, y como mencioné anteriormente también incide la situación afectiva en la que una mujer se encuentra en ese momento, además de tener en cuenta que cada persona es única y particular y vamos a encontrar tantas experiencias como individuos hay.

Lic. Silvina Rosenbaum
Revisado por Lic. Carlos Tryskier 
MN: 45097
www.psicarlostryskier.com.ar

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