sábado, 23 de abril de 2016

Fibromialgia y vida sexual

El sexo suele ser un tema tabú para muchas mujeres con fibromialgia que se toca con mucha preocupación y hasta angustia, recién cuando hay confianza con el profesional o en algunos casos, con los amigos más íntimos. Las  dificultades normalmente se acentúan  a partir de los 40 años o en la pre-menopausia cuando aparece una disminución de la libido y/o dolor en el coito.
Habitualmente baja la autoestima y aparece sentimiento de culpa. 
Si analizamos la sexualidad en las personas con fibromialgia podremos observar relaciones sexuales menos frecuentes, menos satisfactorias y como consecuencia, disminución del deseo ya que suelen ser dolorosas provocando cansancio, fatiga y agotamiento. Así se crea un círculo vicioso donde la insatisfacción origina un marco de relación que imposibilita el acercamiento con la pareja, aumentando el distanciamiento entre ambos.  
Tener fibromialgia no debería impedir la realización de metas y objetivos en la vida, sólo hay que fortificar la actitud y entender que todo se puede hacer pero “a otro ritmo”, a un ritmo diferente.
Quien padece fibromialgia, puede tener problemas en su vida sexual, experimentando pérdida y/o disminución de la libido o dificultad en el desempeño sexual. También es posible que la libido sea saludable, pero el profundo dolor muscular y rigidez de la fibromialgia pueda impedir el disfrute.
Tener una vida sexual sana es importante por varias razones:
* Las relaciones sexuales aumenta las endorfinas. Estos son los opiáceos naturales del cuerpo que ayudan a disminuir el dolor y aumentan el bienestar. 
*Por otra parte, y a nivel vincular, fortalecen la relación de pareja. 
Hablar abiertamente con el especialista y seguir algunos consejos prácticos ayudan  a  resolver los problemas asociados con la fibromialgia, el dolor y el sexo.
 1) Medicamentos como antidepresivos, analgésicos y relajantes musculares que se utilizan en el tratamiento de la fibromialgia pueden causar disminución del deseo sexual. Un cambio de la medicación o en las dosis son opciones para mejorar el deseo.
2) Lidiar con los síntomas de la fibromialgia como el dolor crónico, la fatiga, la ansiedad y la rigidez es bastante difícil sin pensar en la actividad física con la actividad sexual. Aprender a auto-controlar estos síntomas con medicación, ejercicio y hábitos saludables ayuda a mejorar la vida sexual.
3) En muchas ocasiones, pacientes con fibromialgia renuncian a tener momentos de intimidad con su pareja por miedo a sufrir más dolor. Sin embargo, disfrutar de estos momentos es posible. Con el dolor de la fibromialgia y puntos sensibles, es necesario trabajar de a dos para encontrar la posición más cómoda durante el coito. Por ejemplo si la fibromialgia provoca un predominio del  dolor en la cadera, se podría utilizar una almohada entre las rodillas para estabilizar el cuerpo durante las relaciones sexuales.

4) La sexualidad es un concepto más amplio que la genitalidad, donde existe la necesidad de afecto, de contacto a través del tacto, de las caricias, besos y abrazos sin que exista dolor, que nos permite descubrir el placer del tacto  a través de los masajes de espalda y pie, como de tocar o que nos toquen con las manos como también relajarse  y dejar libre nuestra mente para que nos lleve a una fantasía sexual.
La sexualidad es una oportunidad para las personas con enfermedades                  crónicas para el reencuentro con la vida y consigo mismos.
Es muy importante aprender un nuevo estilo para llevar adelante una vida sexual placentera, donde la  prioridad es saber cómo nos sentimos y hasta dónde queremos o podemos llegar. 
Fibromialgia no es equivalente a no poder tener relaciones sexuales, al contrario, incluso es saludable mantener una regularidad, pero modificando aquellos aspectos que pueden entorpecer, no solo la relación sexual sino la vida de la pareja. 
Pensar que se “ha tenido siempre sexo de cierta manera,” no quiere decir que es la única manera. Es necesario ser paciente, tomarlo con calma, y ​​encontrar las mejores posiciones sexuales que  permitan tener intimidad sin causar más dolor. No hay manera correcta o incorrecta de tener relaciones íntimas, la manera más adecuada es la que considera cada pareja como la más cómoda y placentera. 
Es aconsejable:
Sumergirse en un baño caliente antes de tener relaciones sexuales. El calor húmedo, incluyendo inmersión, puede ayudar a aliviar el dolor de la fibromialgia y puede permitir disfrutar de las relaciones sexuales o cualquier ejercicio, sin dolor añadido. El calor aumenta el flujo sanguíneo al sitio y disminuye la rigidez, lo cual es importante porque junto con el dolor, la rigidez es un síntoma clave de la enfermedad. Regular las aplicaciones de calor húmedo o los baños  pueden ayudar temporalmente a aliviar el dolor muscular o dolor de los puntos sensibles, reducir los espasmos musculares y disminuir la inflamación.
El estrés puede desencadenar síntomas de la fibromialgia, sin embargo el manejo del estrés puede ayudar a controlar esos síntomas y el equilibrio de la vida diaria, aumentando la libido, incluyendo una combinación de ejercicios, técnicas de relajación (respiración profunda o  meditación y ejercicios), un buen sueño de rutina y adecuada nutrición .
Hoy, el modelo corporal que se considera atractivo es un modelo basado en la juventud, esbeltez y el vigor sexual, resultando amenazantes para los cambios que acontecen con la enfermedad crónica. Frente a este modelo es importante construir otros donde se tengan en cuenta la pluralidad, donde el cuerpo se escuche, se valore, se cuide y sea fuente de bienestar independientemente de la condición física que se tenga.

Jamás permitas que esta enfermedad maneje tu vida. Si vives soportando su dolor con tanta valentía, no hay nada que no puedas realizar, sólo es necesario animarse y solicitar ayuda profesional en caso de necesitarla. 

Consultora Psicológica Angélica Perkal
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