El estrés es la tensión causada por situaciones agobiantes que origina reacciones psicosomáticas, es decir, que tiene su origen en un conflicto psicológico y provoca síntomas físicos.
La personas con FM, aún más que las personas sanas se ven afectadas por el estrés, tanto física como emocionalmente.
Diversas investigaciones han puesto en manifiesto que el estrés influye en la FM de varias maneras diferentes, es por esto que cuando los pacientes aprenden a manejar su estrés, pueden vivir con mayor bienestar.
Algunos investigadores sostienen que el estrés también juega un papel muy importante para la aparición de la FM pues, muchos de los pacientes que la padecen, antes solían tener vidas muy ocupadas y llenas de tensión.
En la década de los 90, por ejemplo, se conocía a la FM como la “enfermedad de las ejecutivas independientes” porque solía manifestarse sobre todo en mujeres adultas, activas, con vida profesional, autoexigentes y con altos niveles de responsabilidad.
También es bien sabido que las experiencias muy estresantes son consideradas como un factor de aparición de la FM.
Una persona con FM lidia a diario con muchas situaciones que le pueden generar estrés: el dolor es quizás el principal factor. Puede pasar todo el día dolorida, lo que la mantiene en constante tensión, generando un círculo vicioso: el dolor puede conducir a más estrés, lo que a su vez puede conducir a más dolor.
La fatiga con la que generalmente tienen que lidiar, no poder realizar ciertas actividades durante el día, debido al cansancio, genera también estrés. No poder dormir bien durante la noche, la sensibilidad al clima y los trastornos cognoscitivos que acompañan pueden provocar tensión y ansiedad constante.
Cuando una persona sana está estresada sus músculos se contraen, presenta trastornos del sueño, le duele la cabeza, aumenta su frecuencia cardíaca, respira más rápido, también presenta sudoración, temblores, mareos y boca seca.
Una persona con FM que está estresada, no sólo pasa por los síntomas antes descriptos, sino que además puede aumentar la intensidad de sus síntomas, su percepción del dolor.
Estudios realizados en 2005 demostraron que los enfermos de FM son más sensibles al dolor en situaciones desagradables o de estrés.
Generalmente creemos que el estrés es una consecuencia de circunstancias externas a nosotros, pero en realidad el estrés está determinado por la percepción que tenemos de esas circunstancias.
Es decir, vos podés reducir el estrés al cambiar la forma en que percibís las circunstancias.
Hacer frente al estrés de tu vida es una meta alcanzable, pero para lograrlo el proceso debe ser continuo. Debes aprender técnicas de afrontamiento y ponerlas en práctica en tu vida diaria.
Consultora Psicológica Angélica Perkal
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